sábado, 25 de julio de 2015

Recordando tiempos no tan viejos (I)

Y qué mejor que comenzar esta nueva sección -una de tantas que nos esperan en Express Magazine- con el Low Festival como plato principal. Y es que, tan sólo ha transcurrido un día de celebración de éste, y una parte de nuestros vecinos benidormenses ya han entrado en discordia con el festival. Y como ustedes ya me conocen y saben de primera mano que me gusta defender lo que creo justo, idóneo o más adecuado para el momento, nuevamente, un año más, debo de romper una lanza a favor de este gran festival que trae a nuestra ciudad miles y miles de jóvenes de toda España. Y lo voy a hacer de un modo distinto. Simplemente, les dejo con un artículo de servidor del pasado año hablando sobre el low, respetando hasta la última coma del escrito original y, además, reafirmando lo que en su día dije con firmeza. No tiene desperdicio alguno:

"El tema más sonado en estos últimos días en Benidorm, valga el sarcasmo, están siendo los percances, por denominar a estos de algún modo, que está dejando el Low Festival en tierras benidormenses. Tres días de festival en los que los ciudadanos de Benidorm, y en la inmensa mayoría, los vecinos de la Colonia Madrid; han hecho saber su descontento a través de las redes sociales y el más que común boca a boca, con diversidad de comentarios, a cada cual más obsceno y poco cuerdo que el anterior, mostrando así, una gran hipocresía y poco amor hacia nuestra gran ciudad.

Recuerden queridos ciudadanos, que vivimos en una de las mayores ciudades turísticas no solo de España, sino de Europa entera, a pesar de que últimamente hayamos bajado el listón. Pero Benidorm, entre muchas cosas, ha sido afamado por sus grandes festivales y conciertos; véase como ejemplo, el Festival Internacional de la Canción de Benidorm, que nos acompañó desde el 59 hasta hace 5 escasos años. Parece ser, que algunos se olvidan o prefieren cegarse y vivir en la queja cuando viven del turismo que visita nuestra ciudad sea con el fin que sea; acudir a un festival, salir de noche o simplemente visitar la ciudad en familia. 

Pero volviendo con el tema del Low, aún sigo esperando por parte de algún vecino de Benidorm, un sencillo "gracias" hacia dicho festival, tan solo por el hecho de que durante estos tres días en los que dura el evento, Benidorm ha podido contar con 25.000 turistas más cada día, en los que, no solo estos han acudido al Low, sino que además, han dejado dinero en nuestros locales, especialmente en la zona más caprichosa de Benidorm; la primera línea de la playa de Levante, donde bares y restaurantes gozan de un lleno absoluto. Pero creo, que también muchos de ustedes olvidan que el Low ha vuelto a apostar por trabajadores de Benidorm, y por si fuera poco, jóvenes parados de nuestra ciudad que en estos tres días han podido sacar por poco que sea, un sueldo con este festival. 

Una de las quejas más habituales, a parte de la típica y corriente usada por los vecinos, que no es otra que la del ruido que produce el festival; son los desperdicios que causan los asistentes en los alrededores del estadio Guillermo Amor. Gente orinando, destrozando papeleras y los tradicionales vómitos que acompañan la noche a quien se ha pasado con las copas. Pero saben que este tipo de cosas son habituales en un festival, y que si hay que señalar culpables, no hay que mirar a otro lado que no sea al ayuntamiento por no haber podido predecir algo tan evidente y así, reforzar la zona con un número mayor de policías para controlar cualquier altercado, por diminuto que sea y garantizar una total seguridad a los vecinos de Colonia Madrid.

No obstante, ya de dicho en más de una ocasión que, en mi opinión, un tonto es mucho más peligroso que un malvado. Las consecuencias suelen ser peores, a la larga. Incluso a la corta. Y mientras al malvado, si es medianamente listo, se le puede convencer, incluso, de la utilidad de portarse bien, y hasta es posible obtener enseñanzas prácticas de sus maldades y consecuencias, el tonto ni se deja convencer, ni convence, ni hay nada en él de aprovechable, excepto la confirmación, una vez más, de la ilimitada capacidad de estupidez que caracteriza al género humano. Y es que, aquí nos encontramos con más tontos que malvados, y los mismos que realizan quejas sobre el Low Festival día si y día también, con sus respectivas excepciones, son los mismos que, defiende a capa y espada a Benidorm, que quieren promocionar la ciudad para atraer un turismo de calidad, que se olvidan de que viven del turismo. En resumidas cuentas, los mismos que quieren revitalizar Benidorm, son los que quieren enterrar a un festival como el Low que ha atraído a una gran masa de turismo joven, que es el que más interesa en este momento a nuestra ciudad.

Si Benidorm debe de ser célebre y conocido en Europa, y queremos que así sea, que menos que volver a hacer de los festivales, uno de nuestros grandes puntos fuertes para atraer a ese turismo que tanto añoramos. Quítense la venda señores, v dejen de lado la demagogia barata y la hipocresía y piensen un poco más en el porvenir de Benidorm, que tanta falta hace para salir del embrollo en el que nos encontramos, que poco queda, si seguimos en este camino, para que nos vayamos todos a criar malvas y se acabó lo que se daba. Pero mírenlo por el lado positivo, se acabó el ruido a la vez que se acabaron nuestros ingresos."

Rodrigo Quesada / @Quesadacid de Express Magazine



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