En estos tiempos que corren uno ya no sabe cuando catalogar
una acción de populista. El término se distorsionó hace mucho, más que nada por
el uso inadecuado de éste. Pero sin lugar a dudas, el populismo, o siendo aún
más explícitos; la hipocresía, reina a sus anchas en suelo español. Sobre todo
en los pueblos. Y ya saben que Benidorm ostenta muchos rascacielos, pero somos
los que somos y sabemos perfectamente lo que hay.
En estos últimos días, el tema protagonista por parte de nuestros
políticos, ha sido la denuncia por parte de C´s al turismo de borrachera. Para
variar claro. Ahora, nos recuerda que una vez más, gracias a su grupo, se
aprobó una moción para crear una ordenanza para luchar contra este tipo de
turismo, y que en la actualidad, nada de lo hablado, ni nada de lo aprobado.
Otros políticos, aseguraron en su día que existe la necesidad
de aumentar los efectivos de la Policía Local, incluso algunos recordaron que
este tipo de leyes ya existen pero que no se aplican. Pero ahora, la gota que colmó
el vaso, ha sido por parte de Hosbec,
para sumarse al festín y por si fuese poco, echar el entuerto a la oferta
sumergida, sin antes recordar que uno de los mayores alicientes del turismo de
borracho es el “Todo incluido” de los
hoteles.
Es evidente que hay que detectar quienes se dedican al
alquiler de viviendas con profesionalidad como es el caso de APTUR, y quienes
las alquilan de manera desleal. Tal vez, también sea necesario reforzar el
cuerpo policial local. Y claro que hay que tomar medidas contra el incivismo y
el vandalismo, pero ello no se resuelve con una ordenanza de esta índole. El
asunto está en el modelo turístico que tenemos, en qué nos basamos y
sustentamos. Y lamentablemente, es lo que han generado quienes mueven los hilos
de esta ciudad, y esto no se cambia de la noche a la mañana con una simple
ordenanza.
Es esencial sentar a todos los sectores a hablar en una misma
mesa y estructurar el Benidorm que queremos. Y cuando digo todos, es todos: políticos,
gente del ocio tanto diurno como nocturno, gentes de la cultura, comercio, gastronomía y deporte, además de todo aquello relacionado con el turismo en Benidorm para definir el modelo turístico
que queremos. No será por falta de recursos que ofrece nuestra ciudad en todos
los ámbitos, solo hace falta pulir el diamante en bruto que tenemos, y dejar
atrás los intereses personales y partidistas de aquellos que ya están deseando
renovar sillón de cara a los próximos comicios.
Aunque todo esto no se consigue con más postureo político al
que estamos ya habituados en Benidorm. Un modelo turístico joven, de calidad y
que deje dinero en nuestra ciudad empieza por voluntad política y se mantiene
gracias al trabajo de las gentes del lugar. Lo segundo desde siempre se
mantiene, pero lo primero, aún estamos a la espera.
Pero eso sí, más vale tarde que nunca…
Rodrigo Quesada
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