#OPINIÓN - El modelo Benidorm

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Indudablemente, cuando se habla de turismo, no podemos obviar a Benidorm. Más aún cuando, concretamente, hablamos de turismo de sol y playa, además del mercado británico. Son consideraciones que siempre nos han acompañado. 

Fiesta, playa, “guris”... en fin, si el nombre de Benidorm es extendido imagínense sus tópicos. Este modelo turístico, evidentemente, funciona. Benidorm sigue estando en ese top cinco de ciudades españolas en cuanto a número de pernoctaciones se refiere desde 2010, incluso antes. Tan solo otros grandes municipios como Madrid o Barcelona superan a la meca del sol y playa. Pero este verano está siendo algo diferente para Benidorm.

Ya sea por la época en la que vivimos, en la que cualquiera puede subir cualquier foto o vídeo a la red, sin lugar a dudas, los actos incívicos proliferan esta temporada estival por parte de los británicos. Se han aunado diversidad de factores. Un turismo británico distinto al usual, algo más problemático y extrapolado a su argot inglés: “destroy”. Un mundial de fútbol donde la selección inglesa ha llegado muy lejos al igual que las celebraciones de sus aficionados. Y principalmente; el desfase, la prodigalidad del consumo del alcohol acompañada de las fiestas de despedida de solteros han hecho que las fotos, vídeos y actos incívicos de borrachera estén más presentes y visibles que nunca en nuestra ciudad.

Por ello, el Ayuntamiento de Benidorm ha querido trasladar a las Cortes Generales su preocupación para atajar dicho asunto. Lo han hecho a través de la aprobación en pleno de una solicitud para que las Cortes aprueben una propuesta de Ley a efecto de que los municipios españoles tengan competencias para regular conductas incívicas. Según el consistorio benidormense, la Policía Local multa y sanciona este tipo de conductas pero finalmente acaban en saco roto ya que el turista regresa a su país de origen, y dicha sanción acaba siendo papel mojado.

No obstante, a pesar de que dicha propuesta me parece útil, ya que lo que sucede en un municipio debe ser competencia del mismo, hay que ir más allá. El turismo es nuestra principal fuente de ingresos, es de lo que vivimos. Y no podemos permitirnos el lujo de atraer un turismo, cada vez más barato, más problemático y que en resumidas cuentas, haciendo un balance, es de menor calidad que el que venía hace décadas atrás.

Este mes de junio Benidorm, al igual que la Costa Blanca, la ocupación hotelera ha caído un tres por ciento y un cuatro y medio respectivamente. Este, es otro síntoma más de que hay que cambiar la coyuntura actual y comenzar a plantearse un cambio de rumbo turístico. Al igual que hizo en su día el visionario alcalde Manuel Catalán Chana con el inmerso, pero ahora dándole una vuelta de tuerca más, adaptando la variable a los tiempos que corre, emulando a Chana a mediados de los ochenta para darle un nuevo impulso a Benidorm 

Hay que sentarse en la misma mesa con comerciantes, gente del ocio nocturno y diurno, restauradores, promotores de eventos y sobre todo: hosteleros; que son quienes tienen la sartén por el mango y son parte, tanto de la problemática actual como de la solución. Cada uno sabe mejor que nadie sus inquietudes, preocupaciones y dilemas en sus sectores, para así solventar la tesitura y atraer el turismo que verdaderamente nos merecemos. 

Ya es hora de terminar con el todo incluido, de proseguir con la magnífica agenda de eventos y conciertos que se están celebrando en Benidorm, incidir en el turismo familiar y juvenil a través de campañas en televisiones nacionales y redes sociales; poner en valor nuestra gastronomía y cultura, y lo que es aún más importante: decirle al mundo entero sin tapujo alguno que somos la capital del sol y playa de Europa. Que estamos hechos para un turismo de una condición suprema y sublime. Nada de desfases, derroches de alcohol y actos incívicos, y hay que demostrarlo no solo con palabras, sino con hechos.

Esto se acaba y se termina cortando de raíz. No a medias tintas. Cambiando de una vez por todas el modelo Benidorm, y por ende, cuando esto ocurra; no solo establecimientos y locales, sino la ciudad en su totalidad se beneficiará ampliamente en el aspecto económico, sin vandalismos, mala educación y comportamientos reprochables e incívicos.

Rodrigo Quesada