martes, 28 de agosto de 2018

ARTÍCULO DE OPINIÓN. CONTROLAR LA INMIGRACIÓN ES POLÍTICAMENTE INCORRECTO

HAZ CLIC EN LA IMAGEN PARA ENTRAR EN MI PERFIL DE FACEBOOK
ARTÍCULO DE OPINIÓN
Saz Planelles


Confundir control de la inmigración con xenofobia es lo que lleva al auge de partidos de ultraderecha. Los políticos tienen que ser políticamente correctos y hablar con sordina cuando tocan este asunto. 

La izquierda buenista, Podemos y PSOE, con la antropológica superioridad moral que se arroga la izquierda, lo tiene claro por su política de igualdad “para todos y todas”, repartiendo los recursos del país subvencionando todo lo subvencionable. Al final, miseria “para todos y todas”, porque la goma, si se estira en exceso, acaba rompiéndose.

El centro derecha, PP y Ciudadanos, con sus complejos, también se cuida mucho de tratar el tema de la inmigración de una manera políticamente correcta. Sí pero no, no sea que se descubran nuestras intenciones. Y la prueba la tenemos con las declaraciones sinceras del vicepresidente de la Diputación de Alicante (PP), Alejandro Morant, que en un arranque de sinceridad ha dicho lo que muchos españoles de diverso signo político piensan y no se atreven a expresar públicamente. Hay que ser políticamente correctos. Al señor Morant, desde su propio partido y sobre todo desde la izquierda, le están dando hasta en el carné de identidad y si pudieran lo fusilaban mañana al amanecer. Basta con echar un vistazo a las redes sociales y ver de qué va el personal. En las redes sociales se pueden sacar excelentes conclusiones, sobre todo cuando se sabe separar el grano de la paja, es decir, los trolls que trabajan para los partidos de izquierda de los ciudadanos no contaminados y libres. Hay más trolls de izquierda en las redes, más efectivos y mejor preparados, que trolls de derecha, que sólo se limitan a contrarrestar con torpeza las noticias escoradas y “fake news” de sus compañeros con nómina de izquierda.

Y la extrema derecha, a lo suyo. A río revuelto, ganancia de pescadores, aprovechando el hartazgo de la buena gente, para sacar rédito político y ganar adeptos.

Pero yo no soy político, por tanto puedo ser políticamente incorrecto. Y a mi edad, con todo hecho, me preocupa una higa lo que piensen de mí y de mis opiniones. Pienso que lo políticamente correcto atenta contra la libertad de expresión. Es dejar de pensar por uno mismo para seguir la corriente imperante y que te entiendan personas que no entienden ni piensan.

Controlar la inmigración no es racismo ni xenofobia, es sentido común y preocuparse por los ciudadanos de un país. ¿Acaso ser de izquierdas consiste en dejar las fronteras abiertas para que entren todos los inmigrantes que quieran aunque no haya trabajo ni medios para integrarlos y sostenerlos? ¿Lo es acaso dejar a esos mismos inmigrantes irregulares residir en el país incluso aunque cometan delitos? Esa no es la idea de izquierda que yo tengo. Eso es el buenismo que yo califico de tontismo.

Los inmigrantes deben entrar de forma legal, controlada y atenerse a las leyes del país. Como hicimos los españoles hace décadas en Europa y América. Y sobre todo pensando en trabajar y no en vivir de la olla gorda. Y además respetar sus costumbres y cultura. Ellos son los que tienen que adaptarse, y nunca al contrario. Los países mediterráneos no los pueden acoger “per se” por las altísimas tasas de paro y la falta de dinero para la asistencia social de sus nacionales. Mantener el estado del bienestar cada vez es más difícil y costoso. En países como Suiza, Francia, Italia, Grecia, Austria, Noruega e Inglaterra, con menos paro, están subiendo los partidos de extrema derecha ante la llegada masiva de inmigrantes que no se integran, copan los servicios sociales y sirven de excusa para empeorar los salarios y condiciones laborales de los trabajos no cualificados.

Aquí, en España, no hay trabajo para todos y los servicios sociales están desbordados y sin recursos para atender a los propios españoles. Refugiados políticos y de guerras, sí. Éstos suelen volver a sus países una vez superado el problema que les ha hecho migrar. Pero inmigrantes económicos, que son decenas de millones en África y Asia, no podemos acoger. 

En Europa, con 20 millones de parados, 33 millones de extranjeros y 124 millones de pobres no podemos asumir más población no productiva y subvencionada mientras tengamos la casa sin barrer. 

Y en España aún es mas dramático: 3.135.021 parados, 2 millones de ellos sin ingresos; 6 millones de extranjeros, 1.000.000 de ellos nacionalizados en plena crisis. 

No tenemos trabajo y lo regalamos, y 13 millones de pobres. ¿Cómo podemos ayudar a los demás si nosotros mismos estamos en la miseria? 

La solución de los gobiernos de izquierda suele ser siempre la misma: subir impuestos a la clase media, acercándola a la clase baja, mientras se distancia y se agranda la brecha con los ricos. Todo ello hecho con el mejor buenismo posible, eso sí.





No hay comentarios: