No hay día que no me sorprenda. Somos una sociedad, la española en cuestión, hipócrita e ignorante. Y puede resultar duro leer dicha afirmación, pero es así. Desde que tengo uso de razón, y con un poco de ayuda de los libros de historia, uno es consciente de que los españoles hemos sido y somos de una índole pícara, granuja y truhana. Y si no que le pregunten al Lazarillo de Tormes. Pero centrándonos en el asunto de marras.
Todo esto, descalificativos o no, llámenlo como quieran, los
expongo aquí como método de concienciación para este veinte de diciembre. Ya
saben que Mariano Rajoy, el hasta ahora Presidente del Gobierno, recibió un
brutal puñetazo que terminó por hacer añicos sus gafas. Este ruin acto ha sido
justificado por cierto sector de la población, afirmando que “es normal que
después de lo que el PP ha hecho para España, pasen este tipo de cosas”.
Pues oígan, no; no es para nada normal, por muy nefasta que haya podido ser una
gestión. Y como tampoco es lógico que día sí y día también escuchemos a
diversidad de ciudadanos quejarse, manifestarse y protestar contra este
gobierno, cuando ya han expresado su intención de quedarse en casa y no ir a
votar este 20D. La ira, el descontento, la rabia y la furia no se demuestran propinando
un sendo golpe a un personaje político. Tampoco el enojo ni la cólera se expone
con lamentos y quejas en una conversación de barra de bar. El furor y la
vehemencia se declaran en las urnas. Sí querido lector. La disconformidad y el
descontento se ponen a prueba en las elecciones, y se revela dicho malestar
acudiendo a éstas y votando. Sea lo que sea, voten lo que voten, pero
únicamente ejerciendo este derecho tan fundamental, podremos cambiar España.
Recuerden, vivimos en un país donde hemos sufrido mucho.
Desde nuestros abuelos, y desde mucho antes, hasta nuestros jóvenes. Existe una
franja temporal en nuestra historia reciente donde hemos luchado por conseguir
nuestros derechos a golpe democrático, y no a golpe de puñetazo. Lo hicimos en
el 78 y lo volveremos a hacer en los días finales del 2015, nuevamente como
demócratas que somos.
No mancille la gestión de un gobierno, por muy ruin y
mezquina que pueda ser, si en los comicios no va a votar, pues en vano quedará
su disconformidad.
Ya lo sabe, ahora lo demás, es decisión suya.
Rodrigo Quesada /
@Quesadacid.
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