martes, 31 de enero de 2017

#BENIDORM · Los Plenos no deberían durar más de ocho horas



Ayer celebramos el Pleno ordinario del mes de Enero en el ayuntamiento de Benidorm, y digo celebramos porque como todos ustedes ya saben yo también soy concejal y formo parte de este asunto, motivo por el que ayer no pude estar al frente de estos micrófonos con todos los oyentes de Gestiona Radio. Más que lo siento yo, no lo lamentan ustedes.

Un Pleno que dio comienzo a las 9 de la mañana y que nos dejó marcharnos a casa pasadas las 12 de la noche, pues aunque el principal asunto terminó a eso de las 23 horas, todavía había que tratar las Comisiones Informativas, que se celebran todos los lunes, tanto si hay Pleno como sino.

La sesión fue prolija e interesante, todo hay que decirlo, y aunque estamos todos muy mal acostumbrados y es el ataque al degüello el arma más fácil que todos tenemos a mano para valorar la gestión de los políticos, habría que empezar por decir que, a diferencia de otros muchos ayuntamientos, algunos de ellos vecinos cercanos, los políticos de Benidorm se lo curran. 27 puntos del orden del día más tres mociones de urgencia, obligaron a que estuviéramos debatiendo sobre asuntos de interés relacionados con Benidorm durante más de 15 horas, con la salvedad de la hora y media que el alcalde tuvo a bien darnos a todos para que pudiéramos recuperar fuerzas pasadas las dos de la tarde.

Y como hoy tendremos tiempo de sobra durante el desarrollo del programa para analizar, uno por uno, todos los temas de relieve que ayer se trataron en la casa de todos, quiero dedicar estos minutos de entrada, introducción al programa e incluso editorial para reflexionar en voz alta más que para resumir aspectos del debate. ¿Es beneficioso para los intereses de la ciudad que un Pleno dure 15 horas?, sinceramente creo que NO. Y lo justifico…pero si una vez justificado a ustedes no les ha convencido, lo tienen fácil, hagan la prueba, vayan a la siguiente sesión después de la reanudación, si es que dura tanto tiempo como para que la haya, es decir a esos de las cuatro de la tarde, y empezarán a ver como el cansancio y el exceso de horas conlleva al pasotismo, las risas, el exceso de confianza y la pérdida de relatividad, eso que a todos nos hace estar concentrados sobre lo que debatimos. Todo lo que vaya más allá de siete u ocho horas de debate es ir en contra de los intereses de Benidorm. Es materialmente imposible mantener la concentración, estar al quite de las múltiples enmiendas y contraenmiendas que se proponen, a veces casi sin sentido. Es perder la referencia principal de los asuntos, desvariar en las opiniones, alterar el estado de ánimo de manera gratuita y al final terminar votando puntos en un sentido totalmente contrario al previsto inicialmente. De todo esto vimos ayer en el Pleno del Ayuntamiento de Benidorm.

Pero si hay un aspecto que realmente me tiene obsesionado desde el inicio de Legislatura es la facilidad de la clase política para preparar mociones que todos saben de antemano que son cantos de sirena, auténticos brindis cara a la galería, que no van a llegar a ningún lado, que sólo sirven para generar más trabajo a unos funcionarios de por sí ya bastante saturados y poco acostumbrados a atender los caprichos de una corporación con tantos partidos ávidos de protagonismo, y que finalmente, pasados muchos meses y visto que de aquella moción nuca más se supo, termina generando en debates inútiles y estériles porque nunca se hizo nada…como si los ponentes del momento no lo supieran ya cuando la presentaron.

Pero esto es política, amigo mío…diría algún castizo. Y es cierto, esto es y para esto sirve la política, no siempre, pero casi siempre. Preparar brindis al sol revestidos de mociones y propuestas para quedar bien con determinados colectivos, al objeto de poder venderles ese cariño cuando lleguen las próximas elecciones y que de manera recíproca se sientan en la obligación de votarles…menos mal, bendita democracia, que el voto es secreto. Si a nosotros en Ciudadanos por Benidorm, y lo pongo sólo a modo de ejemplo, nos hubieran votado el 25% de aquellos que nos lo dijeron, habríamos ganado por mayoría absoluta. Estoy convencido de que el resto de partidos sufriría la misma sangría en modo de venganza verbal.

No me quiero dilatar mucho más allá, ni por supuesto voy a entrar en este relativo y escueto escrito a detallarles los aspectos de cada uno de los puntos tratados, eso me lo reservo para ir entregándoselo a todos ustedes en interesantes dosis diarias. Pero sí quiero terminar dejar cerrada mi última reflexión, esa en la que clase política ha basado su estrategia de Legislatura, proponer muchas mociones a sabiendas de que no tienen recorrido, y la facilidad que tenemos todos para darles el visto bueno a sabiendas de manera muy cínica que ahí termina el escueto trabajo del político y empieza el infierno del funcionario. Esto no debería ser así, todos deberíamos reflexionar, empezando por la alcaldía y el equipo de Gobierno, que también votan muchas veces a favor de estas nebulosas propuestas sin objeto ni fin, para luego dejarlas durmiendo el sueño de los justos. Señores concejales, limitémonos a proponer cuestiones que de verdad mejoren las condiciones de vida de nuestros vecinos y dejemos la política del faroleo para los últimos seis meses de legislatura, para lo que todavía quedan dos largos e interesantes años.

 

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