miércoles, 8 de febrero de 2017

#BENIDORM · DON DE LA OPORTUNIDAD DE MARIANO RAJOY


Con independencia de que cada uno de nosotros tenga como prioridad diaria sus cuestiones personales, hoy el tema de conversación estrella para el común de los mortales, y sobre todo para los que nos dedicamos a ejercer la sana labor de intentar informar a los demás, es la conversación que anoche se produjo entre nuestro Presidente Mariano Rajoy y el nuevo líder mundial Donald Trump, un Presidente, tengo que decirlo sin más dilación, que está siendo demasiado vilipendiado por mucha gente con capacidad de generar opinión, en un ejercicio, y esto también es cosecha propia, de precipitación inusitada. Vemos, por primera vez en mucho tiempo, como la opinión pública no sigue las directrices de aquellos que se empeñan en adoctrinarla. Lo he dicho ya en demasiadas ocasiones y lo mantengo, me resulta harto sorprendente como convertimos en bueno y válido aquello que salió como quisimos, y malo y horrible aquello que no. Eso no es democracia.

Con independencia también del contenido de la conversación, de la cual sabremos, no nos llevemos a engaño, sólo aquello que ambas partes quieran que sepamos, el motivo de esta reflexión de hoy me ha brotado esta mañana al leer los titulares con los que abren la mayoría de medios…y no tiene mucho que ver con la conversación en sí, sino, desde mi punto de vista, con el don de la oportunidad de Rajoy.

Antes incluso de ponerme manos a la obra y llevar al blanco sobre negro lo que pasa por mi cabeza, me planteo como redactarlo, pues estamos atravesando una época tan crítica con todo aquello que rodea a la clase política, que si a alguien se le ocurre escribir bien sobre ellos, de inmediato se convierte en sospechoso. Pero hoy lo voy a hacer. Creo que los comunicadores nos hacemos un flaco favor si sólo tenemos por norma el hablar mal de los que nos gobiernan, callando aquello que de positivo entendamos que es nuestra obligación trasladarlo igualmente.


Pienso en Mariano Rajoy y no deja de sorprenderme como ha cambiado la situación de este hombre en tan solo un año. Reconozco, dicho sea de paso, que yo he sido muy escéptico con este señor, que en muchas ocasiones me ha sacado de quicio, como a millones de españoles, por su parsimonia a la hora de actuar en muchas cuestiones de gran calado, teniendo como más claro ejemplo el terrible caso que a diario nos llega desde Cataluña, donde una serie de señores se han marcado como hoja de ruta separarse de España, mientras todos los demás vemos con ojos de búho la lentitud con la que se actúa para frenar esa espiral de locura que, ya lo digo aquí, no tiene pinta de terminar nada bien.

Hace 14 meses y después del 20 D, donde el PP de Rajoy consiguió tan sólo 123 escaños y tocaba un suelo peligroso que hacía muchos años la derecha no transitaba, todo eran especulaciones acerca del final del liderazgo político de Don Mariano. Los cuchillos se empezaban a afilar en su entorno, pues de todos es sabido, que tu enemigo no es el que está en la bancada de enfrente, en política esos son tus adversarios, el enemigo está siempre en tu propia casa, esperando la más mínima debilidad para llevarte por delante. Y sepan ustedes que sé bien de lo que les hablo.

Supo entonces poner en práctica el mejor de sus modelos, dejar que las cosas vayan cayendo por su propio peso, sin necesidad de acelerarlas ni empujarlas. Todo indicaba que un pacto de las izquierdas y Ciudadanos daría con el fin de su recorrido político, pero no fue así, y todo lo demás que sucedió ya lo saben ustedes. Me pregunto muchas veces cuanto se estarán arrepintiendo todos los demás, un Pedro Sánchez al que le costó su cargo, un Pablo Iglesias que un año después se juega su liderazgo y un Albert Rivera que ha perdido en ese tiempo la mitad de sus apoyos a nivel nacional…y en cambio tenemos a Mariano Rajoy, el gran perdedor de las elecciones del 20 de Diciembre, como un auténtico líder reforzado por todos lados. Y cuando digo por todos lados, es por todos lados. No sólo es hoy el líder del único partido político a nivel nacional que no tiene fisuras ni está en riesgo de descomposición, sino que encima da la sensación de que los dioses se han fijado en él y le han ido quitando de en medio a todos los que podían hacerle sombra incluso a nivel europeo. Si a esto le unimos el excelente recorrido económico de España en 2016, con un crecimiento espectacular también en materia laboral, Mariano Rajoy es hoy el único que puede permitirse decirle a Trump lo que le dijo anoche.

Vimos caer al torpe de David Cameron por realizar un referéndum sobre la pertenencia o no del Reino Unido a la Unión Europea que nadie le había pedido y ya vimos como el Brexit se lo llevó por delante. Esa fue la lanzadera que inauguró en todo el mundo una nueva sensación, la de que no siempre suceden las cosas como prevén, muchas veces de manera descarada, los que tienen el mando del poder y la opinión pública. A partir de ahí todo vino en cascada. Tampoco salió a favor el referéndum sobre el proceso de paz en Colombia, aunque aun así y de forma vergonzosa le dieron el Nobel de la Paz a Juan Manuel Santos, el gran perdedor de aquel proceso…que buscaba la paz y que al final aprobó de tapadillo sin contar con el pueblo. Mateo Remzi, el ex de Italia, casi se fue antes de que se celebrara su referéndum, cuyo objetivo era modificar la Constitución italiana, porque ya sabía que lo iba a perder, quizás lo que no predijo es que fuera por casi 20 puntos de diferencia. La guinda del pastel la puso el aplastante resultado que obtuvo Donald Trump en EEUU, donde sacó una diferencia no prevista por casi nadie, de 70 diputados a Hillary Clinton.

Y todo no termina ahí. Tenemos un Hollande en Francia que ya sabemos que no sólo no repite sino que gracias a su torpe política ha alentado al máximo las posibilidades de la extrema derecha que representa Marine Le Pen, y una Angela Merkel que, bajo mi punto de vista, tenía que haber sido inteligente y decir que no repetía, dejando su liderazgo intacto. Ahora se expone a un resultado incierto que en absoluto le augura que repita en el cargo en las próximas elecciones.

Bueno, pues llegados aquí, vemos lo que decía al principio y que es el motivo de mi reflexión de hoy. Tenemos un Mariano Rajoy que hace 14 meses nadie daba un duro por él, permitiéndose el lujo, porque su posición se lo permite, de decirle al que tampoco nadie apostaba por él, y convertido hoy en presidente de los estados Unidos, que cuente con él como mediador con la Unión Europea y con América Latina. Fantástico, a mí me parece fantástico. Ojalá nuestros grandes pensadores y comunicadores dejen de atizar al recién elegido, por vía absolutamente democrática, Presidente de EEUU e intentemos entre todos aprovechar esta posición de liderazgo que ahora tiene nuestro primer ministro y España entera saque réditos positivos de todo esto. ¿Es o no es eso lo que interesa?, ¿produce algún beneficio seguir dando cera a un señor que no lleva ni 20 días en el cargo?, ¿no sería más inteligente pensar que EEUU es un fantástico mercado para exportar productos e importar millones de turistas?.

Mi felicitación a Mariano Rajoy por su acierto y mucha suerte en la aplicación de la Ley en la solución definitiva al desafío independentista de Cataluña. No permitamos que cuatro impresentables sigan estropeando ese liderazgo que tanto nos ha costado volver a recuperar de fronteras para afuera.





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