miércoles, 19 de abril de 2017

#BENIDORM · Algo tendrá el agua cuando la bendicen


Más que conocida es la problemática de la escasez de agua en Benidorm allá por el 78, cuando la capital del turismo por excelencia, puso en riesgo más que nunca su propia condición de rey turístico. Una sequía, que como no, fue propiciada, evidentemente por aspectos físicos y climáticos, ante una ineptitud, para variar, de nuestros gobernantes, sobre todo, a nivel autonómico.

A día de hoy, la situación ha cambiado mucho, aunque aún mantenemos ciertos lastres. Los embalses del Amadorio y Guadalest ya han tirado al mar en tres meses más de 100 hectometros cúbicos. Échense las manos a la cabeza, señores. Tras tres años de intensa sequía y recurriendo a la compra de caudales para poder beber, la Marina Baixa está desperdiciando agua, principalmente por un motivo, que ya afectó con anterioridad en el 78. La falta de infraestructuras adecuadas para albergar la capacidad suficiente. Por ello mismo, el Consorcio de Aguas de la Marina Baixa ha pedido ya, que la Confederación Hidrográfica del Júcar estudie alternativas a malgastar el agua tirándola al mar por no ostentar mayor capacidad en nuestros pantanos o manejar los tiempos de sequía con mayor precisión.

Es tangible que en Benidorm ya hemos vivido una situación de sequía, y todo aquel que se precie a hablar de la historia de Benidorm, sabrá de primera mano la benevolencia del pueblo de Beniardá con nuestra ciudad con el asunto del agua. Por ello mismo, ante la deuda de los municipios de la Marina Baixa con el Consorcio, que ascendía a 15 millones de euros, Benidorm en una postura de liderazgo y a su vez de eterno agradecimiento, la ciudad libera 2,5 millones de euros por si existe la necesidad de adelantar el pago de la deuda para que el organismo de agua pueda hacer inversiones. Y no solo eso. El propio alcalde, Toni Pérez, emulando a una acción muy similar a la del exalcade del verano del 78, Rafael Ferrer, viajó a Madrid para reunirse con la Ministra de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente –Ferrer se reunió con el entonces Ministro de Obras Públicas- para llevar a cabo la conexión entre las estaciones Algar y Mandem, una obra que asumirá el Gobierno Central por un coste de 5 millones de euros. Aunque, el alcalde aprovechando su condición de representante de la Marina Baixa, abordó diversidad de asuntos relacionados con el agua. Y esperen, que por si fuese poca solidaridad la de Benidorm con el resto de localidades, solo hay que ver como Finestrat se ha sumado a la red hídrica de Benidorm para evitar cortes y restricciones como ya pasó hace unos meses en la propia localidad, o como en Alfaz del Pí o La Nucía, donde ésta última ya tomó la decisión vital de incorporar una potabilizadora. 

Así que, como ayer escribía por estos lares, parece que el Déjà Vu en el que vive Benidorm parece no acabar, y ahora es el caso de la sequía quien ocupa el protagonismo, acompañada de la ineptitud política de aquellos iluminados que no tuvieron el impetú de adelantarse a los acontecimientos, como está haciendo el propio Toni Pérez, exigiendo lo que a Benidorm le debe de pertenecer como al resto de municipios vecinos. Una vez más, Toni Pérez ha cumplido con el deber de un alcalde.

Rodrigo Quesada


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