jueves, 25 de mayo de 2017

#BENIDORM - Sobre pícaros, truhanes y rufianes



Hay veces que servidor se cansa de poner la otra mejilla, o incluso de mirar hacia otro lado cuando corresponde para evitar males mayores. Cuando uno tiene la conciencia tranquila y limpia, a la hora de escribir, tiene toda la libertad del mundo, otros en cambio, tienen sus ataduras aún colocadas con mayor intensidad. Por ello, hoy me han venido a la mente todos esos pícaros, truhanes y rufianes que independientemente del bien común, siguen mirando y más que nunca para su propio beneficio.

Es algo, que en España está a la orden del día. Tonto el último, y si de por medio te puedo zancadillear, eso que me llevo. Así está el panorama actual. Cierto es, que España históricamente es caracterizada por esa picaresca, pero llegados al Siglo XXI, es surrealista que no solo esta vil clase de pensar y actuar siga patente, sino que parece ser que entre la crisis y la corrupción política del país, los bribones van en aumento. 

En mi profesión, y sin ir más lejos de Benidorm, ejemplos claros haylos de pseudoperiodistas, pseudocomunicadores y ya ni hablemos de telepredicadores y vendedores de humo. Me apena porque es la profesión que desde bien joven he llevado a cabo, sin pretensiones económicas, sin afán por la cercanía al poder; en resumidas cuentas, sin ser otro estómago agradecido. Hoy tras más de cuatro años en la profesión, me entristezco más que nunca de ver cómo los pocos que quedan sobreviven del amiguismo y de la cercanía a la clase política de turno. 

Y por si fuese poco, empresarios de verdad, hombres de negocios, pocos quedan en Benidorm. Están los que evitan pasar por el aro y acatar las imposiciones de los políticos, y claro, una vez que no eres un paniaguado de los mismos, dicho empresario pasa a ser un renegado, y poco o ningún apoyo recibirá por parte de su consistorio. Todo muy crudo. Pero así están las cosas. Y eso que no he mencionado nada de las concesionarias, y la mafia que suponen. Solo habría que echar la vista atrás y repasar las contratas de basura y agua de nuestra ciudad.

Además de cómo están las cosas, los pícaros reclaman tu trabajo, pero eso sí: a coste cero. No solo en mi profesión claro, en cualquier ámbito de la vida, todo el mundo quiere todo gratis. Como si el producto en cuestión, sea cual sea, no tenga un arduo trabajo previo, gente detrás y coste económico para ellos. Pero qué esperan de un país donde continuamente se intenta saltar la cola, que te cuelen en un sitio sin cita previa, dejar de pagar cosas que hay que pagar, engañar al seguro, que te firmen un parte médico falso para que no tengas que estar en el colegio electoral y así hasta las cosas más graves.

Algún día, los hombres y mujeres de a pie, los hombres buenos, diremos basta, porque no se puede mantener una estructura donde sistemáticamente salgan favorecidos los de siempre, y sin tapujo alguno lo digo, ya está bien de que salgan ganando siempre los sinvergüenzas y cara duras de este puto país.



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