lunes, 11 de diciembre de 2017

#OPINIÓN - No basta decir solamente la verdad, mas conviene mostrar la causa de la falsedad

Hace tiempo que la ética, el honor y la moral abandonaron a cierto sector de la política. En nuestro pueblo, este hecho crece a pasos agigantados. Les seré directo. Para cuatro políticos honrados y trabajadores que nos quedan en Benidorm, entre unos y otros, pretenden quitarlos del medio. Empezando por el alcalde, que en cada pleno debe aguantar las soporíferas acusaciones de diversidad de grupos de la oposición, y ahora acabando por la concejala de Comercio, María Jesús Pinto. Parece ser, que los líderes de la oposición, en vez de preocuparse por las problemáticas venideras que pudiera sufrir nuestra ciudad en otros aspectos, prefieren combatir en una guerra sucia contra el gobierno local, todo por un puñado de votos de los pocos ignorantes que se dejen engañar. Pero qué esperar de aquellos que tenían la vara de mando en su día y desgobernaron Benidorm, y que ahora desde la oposición, poco o nada de provecho se puede esperar de ellos.

Actualmente, es muy fácil desacreditar y desprestigiar, sea por el motivo que sea. Cualquiera lo puede hacer, más aún si su profesión es la de político, y se dedica a intentar ganar votos mediante vilipendiosos titulares en multitud de ruedas de prensa. 

Pero concretemos, en esta ocasión, el asunto se centra en la citación a la concejala de Participación Ciudadana, María Jesús Pinto, para el próximo día ocho de febrero, en calidad de investigada por un presunto delito de prevaricación administrativa, que ya les digo que no es más que teatro político. Un vil juego de pesca de votos al que nos ha tenido siempre acostumbrados en esta ciudad un PSOE cada vez más desgastado, debido a las torpezas de su portavoz, Rubén Martínez. Éstos, aseguraron allá por el mes de enero, con Rubén Martínez a la cabeza, que el Ayuntamiento realizara compras por valor de casi diez mil euros para los más desfavorecidos en el supermercado de la mencionada edil popular, era cuánto menos, poco ético. Y con este tipo de comentarios, el portavoz socialista se evidencia, o bien de que no hace su trabajo como debería, o al menos está desinformado, que para el caso es lo mismo. Aparte de que es más que conocida la gran faceta benéfica de María Jesús Pinto, ya que desde siempre en lo que ha podido ayudar, independientemente de la persona que fuere, si se le solicita ayuda, ésta la presta; en la susodicha compra, la empresa presentó la oferta más barata y además al supermercado no le supuso ni un solo euro de beneficio, ningún margen de ganancia, pues dichos alimentos iban destinados a una campaña en Navidad para quiénes no podían acceder a los mismos. Por lo tanto, el gobierno como es lógico, escogió la oferta más baja, la de susodicho supermercado, y otra más de otra empresa.

Este hecho, lo aprovechó el Observatorio de la Ciudadanía contra la Corrupción, que por bandera lleva la lucha contra la misma, y que, como según dicen ellos, lo hacen sin ideología política alguna. Éstos pusieron en conocimiento de la Fiscalía la compra comentada con anterioridad, pero qué casualidad que lo hicieran después de que el PSOE saltara a la palestra a señalar con el dedo a la edil y al equipo de gobierno, y no antes. Claro, alguien debía sacar rédito político después de todo. Pero es que, permítanme que les diga, que en este país todo lo que tenga color azul o represente al Partido Popular ya suena sospechoso, por muy loable que sea la acción que se realice, o poco o nada de corruptela tenga la misma. Aunque independientemente de esta consideración, existen los que aprovechan el filón para que los medios de comunicación hablen de uno, y así se simule que se está haciendo algo por la ciudad. Y créanme, que en tiempos de hipocresía como los que corren, cualquier sinceridad parece cinismo.

Qué quieren que les diga, vivimos en un país de necios donde antes de preguntar se dispara, donde antes de conocer se etiqueta, y donde antes de informar, se desinforma, y la jauría de hienas siempre aprovecharán este tipo de situaciones, engrandeciendo habladurías y sacando del detrimento lo que bien se pueda.

Ahora no queda otra que esperar al día ocho y que el juez dictamine sentencia, pero el daño ya está hecho, el desprestigio hacia una persona honrada y trabajadora ya está realizado de cara a la opinión pública, y para los necios, que abundan tanto en España como en Benidorm, el titular ya les ha convencido, sin siquiera detenerse a saber más del asunto. 

Ya lo dijo un sabio en su día: no basta decir solamente la verdad, mas conviene mostrar la causa de la falsedad. Y a estas alturas, al partido socialista en Benidorm, se le ve venir…

Rodrigo Quesada

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